domingo, 16 de enero de 2011

Un aire de mañana porteña no se repite en otro lugar,
dos días de intenso calor y luego la vaguada costera
un descenso en la temperatura de unos tres grados.
Uno se abriga y se siente aliviado, camina sin problemas
y hace compras por el centro de la ciudad,
se divisa el mar y se le ve oscuro, en calma,
los turistas juegan en la playa a que no hace frío,
y los porteños nos reímos sin quejarnos.

Pero, cuando mientras duermo, siento tu abrazo
el lugar se torna irrelevante, no importa el calor
ni la humedad desarraigada de tu ciudad
no importa ese nerviosismo espacial que me entra
ni la desorientación permanente de la ruta que seguimos
menos el tránsito intransitable en las tardes santiaguinas.
No hay más lugar que tú
...sólo tú.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Q bueno lo q escribiste. Cuanta metafora y comparacion. Sigue así que suena armonioso