martes, 26 de abril de 2011

Ha muerto el poeta, ha muerto Gonzalo Rojas


Recuerdo haberlo visto y escuchado en la UPLA, con su voz profunda y melodiosa, con esa candencia pausada, que disfrutaba al declamar sus poemas, yo escribía algo parecido a la poesía entonces y sigo haciéndolo.

Ha muerto Gonzalo Rojas, uno de los grandes poetas, no esos de rinconcillos ególatras, de la elite literaria, sino un grande ¿Por qué? Porque si escribir es un oficio difícil e inseguro, escribir poesía lo es aún más, es como tratar de entender chino sin decir ni una puta palabra, porque la poesía no se entiende con el intelecto, sino con los oídos, sí ¡Con los oídos! porque lleva una melodía que se escucha con el corazón, debemos cerrar los ojos y escucharla, no sólo leerla, debemos escuchar como es declamada y memorizarla, oír como nos suena y rebota el sonido en nuestro pecho, entonces "el verso tendrá sentido", nos interpelará y se posará en nuestra boca.

Les dejo uno de sus poemas y el link donde aparece su antología y hasta grabaciones de su voz:

La palabra placer

La palabra placer, cómo corría larga y libre por tu cuerpo la palabra placer

cayendo del destello de tu nuca, fluyendo

blanquísima por lo vertiginoso oloroso de

tu espalda hasta lo nupcial de unas caderas

de cuyo arco pende el Mundo, cómo lo

músico vino a ser marmóreo en la

esplendidez de tus piernas si antes hubo

dos piernas amorosas así considerando

claro el encantamiento de los tobillos que son

goznes que son aire que son

partícipes de los pies de Isadora

Duncan la que bailó en la playa abierta para Serguei

Iesénin, cómo

eras eso y más para mí, la

danza, la contradanza, el gozo

de olerte ahí tendida recostada en tu ámbar contra

el espejo súbito de la Especie cuando te vi

de golpe, ¡con lo lascivo

de mis dedos te vi!, la

arruga errónea, por decirlo, trizada en

lo simultáneo de la serpiente palpándote

áspera del otro lado otra

pero tú misma en la inmediatez de la sábana, anfibia

ahora, vieja

vejez de los párpados abajo, pescado

sin océano ni

nada que nadar, contradicción

siamesa de la figura

de las hermosas desde el

paraíso, sin

nariz entonces rectilínea ni pétalo

por rostro, pordioseros los pezones, más

y más pedregosas las rodillas, las costillas:

-¿Y el parto, Amor,

el tisú epitelial del parto?

De él somos, del

mísero dos partido

en dos somos, del

báratro, corrupción

y lozanía y

clítoris y éxtasis, ángeles

y muslos convulsos: todavía

anda suelto todo, ¿qué

nos iban a enfriar por eso los tigres

desbocados de anoche? Placer

y más placer. Olfato, lo

primero el olfato de la hermosura, alta

y esbelta rosa de sangre a cuya vertiente vine, no

importa el aceite de la locura:

-Vuélvete, paloma,

que el ciervo vulnerado

por el otero asoma.

Para Cristina Grau y René de Costa.

Del Relámpago 1984

http://www.gonzalorojas.uchile.cl/


domingo, 24 de abril de 2011

Desde mi soledad de ti
voy a hablarte
voy a decirte que
tengo rabia del beso
del beso que no me diste
cuando debías
del abrazo que
se quedó inconcluso

Desde mi noche oscura
yo te llamo
y te digo que
tengo pena de tus ojos
tus ojos que miran
y no dicen lo que quiero oír
cuando quise oírlo
de tus manos
que no hicieron

Desde este frío otoño
yo te espero
hasta que me quieras
si es que me quisiste
pues tengo angustia
de tu voz
que no escucho
la de tu corazón
que está callada

Porque en este lado del mundo, en esta noche siento frío y cuando cambia el clima bruscamente, como hoy que tuvimos una tarde de Pascua tan soleada, me duele la pierna derecha y necesito darle calor.



sábado, 23 de abril de 2011

Hoy 23 de abril, día en que en Barcelona celebran Sant Jordi y se suele regalar una rosa y un libro, les dejo uno de los relatos más bellos que he leído sobre el amor y el desamor:

" (...) como cuando te despiertas en la mitad de la noche y sientes que te falta respiración, como un asmático falto de aire que estira la mano en la oscuridad buscando otra mano. No logras entender que el otro ya no está a tu lado, ni siquiera en la casa vecina o en el mismo barrio. En vano pasearás por la calle, pues no se cruzará contigo. El teléfono se convierte en un trasto inútil, la prensa está llena de noticias superfluas sobre hechos banales, por ejemplo que ha estallado una guerra mundial o que han destruido un barrio entero en una capital europea de millones de habitantes...Te cuentan lo que ocurre en el mundo y, tras escuchar con educada atención, dices con aire distraído: "¿De verdad?...No me diga...Muy interesante", o bien "¡Eso es estremecedor!", pero no sientes absolutamente nada. En una hermosa novela española, un libro inteligente y triste -ya no recuerdo al autor, tenía un nombre de torero con muchos nombres de pila-, leí que esa especie de hechizo, ese estado de ánimo de los enamorados en eterna espera del amor ausente tiene algo en común con el desvarío de los hipnotizados; y que sus miradas son como las de los enfermos que empiezan a despertar de su delirio y levantan con esfuerzo los párpados hinchados. No ven nada más que un rostro, no oyen nada más que un nombre.
Pero un día se despiertan.
Como yo.
Miran a su alrededor, se frotan los ojos. Ya no ven ese rostro...mejor dicho, siguen viéndolo, pero más difuminado."

La mujer justa, Sandor Marai

viernes, 22 de abril de 2011

Quiza fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algun modo previsto
ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido

todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron

hasta aqui habia hecho y rehecho
mis trayectos contigo
hasta aqui habia apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la manera
una manera tierna
y a la vez implacable
de desahuciar mi amor

con un solo pronostico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible
lo envolviste en nostalgias
lo cargaste por cuadras y cuadras
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera
ahi nomas lo dejaste
a solas con su suerte
que no es mucha

creo que tenes razon
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo

hace mucho muchisimo
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
mas no fue tierno

ahora estoy solo
francamente
solo

siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado

antes de regresar
a mis lobregos cuarteles de invierno

con los ojos bien secos
por si acaso

miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.

BENEDETTI

domingo, 17 de abril de 2011

Si me dijeran pide un deseo,
Preferiría un rabo de nube,
Un torbellino en el suelo
Y una gran ira que sube.
Un barredor de tristezas,
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe parezca
Nuestra esperanza.

Si me dijeran pide un deseo,
Preferiría un rabo de nube,
Que se llevara lo feo
Y nos dejara el querube.
Un barredor de tristezas,
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe parezca
Nuestra esperanza

RABO DE NUBE (SILVIO)

¡Qué escampe...!

domingo, 3 de abril de 2011

Angustias

Vago en soledades viejas
y me encuentro en la puerta
la misma puerta una y otra vez
la misma, desierta, a punto de abrirla
o cerrarla definitivamente.
Una herida de guerra que no sana
un dolor que se siente aunque no se quiera
como la primera vez
¿Se puede amar más, se puede otra vez?
Seguramente se puede
pero adentro, en lo profundo suenan
las balas que aún van rondando mi cabeza
se desplazan y me aterran
porque veo como se asoman
y temo que en un segundo
derroten todo nuevamente.
Dormir
uno quiere dormir
para no escuchar
para no ver
para no sentir
pero luego,
luego
luego
uno se despierta
y se asume...
la misma puerta