viernes, 21 de enero de 2011

Erramos tantas veces y luego, luego apostamos al amor otra vez
en cada encuentro, con cada cuerpo, con cada rincón y beso mal dado
la cosa es pasar por alto esta inmensa soledad a la que fuimos desterrados
¿Cómo se retrocede al tiempo en que éramos buenos?
¿Cómo se vuelve al punto de la ilusión y la seguridad rutinaria
Tantas veces nos quejamos de la rutina, de los días sin gracia
de las quejas constantes, por cosas que hoy pasaríamos por alto
¿Cómo marchamos decididos por las calles otra vez, como niños?
Y llega otra noche, una llamada, un cariño por aquí y por allá
un coqueteo y qué más da, nada amarra, ya nada interesa
No somos capaces de sacar lo bello y lo bueno qué éramos
Yo me ato a comprar un pasaje en el terminal de buses
que me lleve a la habitación donde pierdo la memoria del dolor
donde nadie conoce mi rostro y hablo otro idioma, con otro sonido.
Me escondo en amores de soledades recíprocas y pasa un día más.
La interminable fila de recuerdos impertinentes no se termina
los cuentos de hadas se despojaron de sus páginas hace ya años
y la copa de licor hace volar hacia un espíritu libre que
ya no se siente culpable de haber fracasado, en permanente
incógnita ¿Qué fue lo que hicimos mal?
No soy buena, ni eres bueno
pero nos tenemos y sonreímos, amamos, nos abrazamos en la larga
y breve, demasiado breve noche que nos queda
nos acompañamos con los restos que nos dejaron
y en otra y en otro, a veces nos miramos y pensamos
¿Tal vez?
Erramos tantas veces, pero esta vez seguro da acierto
al menos hasta la próxima derrota y hasta que llegue el amor
en la siguiente copa.

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