domingo, 29 de agosto de 2010

Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Jaime Sabines

Decidí prepararme un café, después de tantos días enferma, me venía bien uno...la cafetera se rompió y comenzó a salir el vapor por todos lados.
Sentí una pena enorme, ni siquiera salía el olor a café, se quebró una pieza en su interior. - Es un presagio - sentí - y me dolió. No era cualquier artefacto, era mi artefacto favorito, adoraba preparar nuestro café por las mañanas, es una de las pocas cosas que sé hacer en la cocina. Tal vez no lo sabías, pero cada cosa que hice en ella, fue una odisea, nunca me he sentido segura en ese lugar, será porque mi abuela, que era cocinera de oficio, no me dejaba nunca entrar en ella, como un mensaje en el que nos decía ¡No! no serás una pobre cocinera, tú estudiarás.
De todas formas, quería tomar algo caliente, abrí el mueble para sacar un tazón y ¿adivina qué? Me encuentro a boca de jarro con las famosas pastillitas endulzantes que nunca estuvieron cuando las necesitamos. Las cogí con mis dedos largos y, como en un ritual, no le eché azúcar al té, puse la primera pastilla en él, vi como se deshacía y luego dejé caer la siguiente. - Lo hice mal - debía haberlas puesto antes de colocar el agua, cómo tú lo hacías.
Recordé cuanto me decías que eran demasiado las tres cucharadas y al hacérmelo siempre preguntabas - ¿Cuántas de azúcar? - y te reías porque sabías a respuesta. De todas formas, al azúcar casi se me había acabado.



12 comentarios:

aapayés dijo...

Que gusto leerte, cuando todo nos hace falta y los recuerdos nos acarician..


Un abrazo
Con mis
Saludos fraternos de siempre..

Te deseo que tengas una semana maravillosa...

Víctor Hugo dijo...

usar endulzante (sucralosa en vez de azucar ) muy bien hecho ;)

irene dijo...

A mí seguro que me hubiese pasado lo mismo, ni me gusta la cocina ni se me da bien. Pero seguro que sabemos hacer otras cosas y que en el futuro habrá muchísimas cosas que nos salgan bien, en todos los sentidos.
Un beso, Paolav, y mucho ánimo.

paolav dijo...

Adolfo: eso es cierto...nos acompañan, ellos no nos dejan.

Víctor: por algo se empieza, siempre se puede mejorar y cambiar una conducta.

Irene: De eso estoy segura, con el tiempo las cosas que hacemos deben salirnos mejor, sobre todo si las disfrutamos.

Besos y abrazos sinceros, gracias por su comapñía

Patricia Angulo dijo...

Este texto tiene una deliciosa melancolía, tanto que duele y entristece, pero es bellísimo. Se puede palpar la ausencia de la otra persona con quien compartías el café y el edulcorante.

Un abrazo.

Noesperesnada dijo...

Lindos recuerdos y buena manera de contarlos...

Jayja para tí... dijo...

amiga aestoy feliz por los mineros de tu país! muy feliz....


"...aburrida estoy de los que nacieron como yo
con alma y cerebro
al final prefiero ser
mono
y reirle al Universo!...

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Paolav!
A veces, las cosas se "terminan" recordando.

Saludos de J.M. Ojeda
Buen fin de semana.

DaliaNegra dijo...

Las ausencias se notan más aún en los pequeños ritos.Hermoso y conmovedor texto.Un abrazo***

María dijo...

Hola, Paolav:

A veces los recuerdos nos invaden y la melancolía se sumerge en nuestro interior.

Un beso.

ELILUC dijo...

Hola, te conoci por un comentario que dejaste en una entrada del blog del El Drac, que comparti y estoy de acuerdo contigo.
No importa en el pais que se efectue una barbarie, todos somos hermanos, humanos, hijos de la "Tierra",la rechazo igual.
un abrazo

paolav dijo...

Mery: Bienvenida y me voy a visitarte!