sábado, 8 de noviembre de 2008

Cosas que se deben declamar

Ni sé tampoco en tan terribles horas

en qué pensaba o que pasó por mí;

solo recuerdo que lloré y maldije,

y que en aquella noche envejecí.

G. A. Becker



Quiero mi tiempo perdido...

He despertado del letargo en el que me sumí hace años y ahora ¡Quiero mi tiempo! No me arrepiento de haber amado, de haberle dado un lugar demasiado significante entre lo significativo y si miro hacia atrás entro como en un sopor, en un sitio turbio, se me hace una venda el espacio y mi tiempo...ha sido, fue demasiado tiempo invertido ¡quiero mi tiempo! No me arrepiento de mis hijas que son lo único que se puede palpar, no me arrepiento de mi último parto en el que no estuve...yo quería ese momento para nosotras. Ni de las veces en que esperé sabiendo que no llegaría, porque siempre había otros motivos, el amor podía esperar . Sólo, y lo digo en serio :
¡ Q u i e r o m i t i e m p o !

Hasta acepto las traiciones bajas y los sinsabores del regreso, la puerta que había que abrir de madrugada y el desgarro al oir ¡no te quiero!
Pero ¡válgame Dios! ¡Hay cosas, hay instantes que no recuerdo! Y me entra una angustia de la memoria, de la "sinmemoria" y no son los recuerdos, son los "norrecuerdos", de mis pequeñas, de mis padres, de mis amigas...

No me arrepiento de ir a lugares que no quería ir, de estar con personas que no quería estar, de escuchar cosas e intentar amarle, cuando ya no existía, no al menos ese, al que yo amaba.

La vagabunda sombra me posee y no me deja recordar, pone un haz de vapor sobre los ojos internos y me impide comprender ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Cuanto tiempo permanecí casi inerte?

Para todos estaba viva y yo, como en esos sueños donde despiertas y no te puedes mover, ¡gritaba y gritaba!
- ¿me escuchan? -
- ¿pueden oirme? -
- ¡estoy aquí! -

Y este cuerpo seguía haciendo cosas de vivos, y la mente iba haciendo de viva.
Ensordecí, perdí los sentidos, no sentía los gustos y puedo asegurar...no era amor.
Una vez más repito ¡QUIERO MI TIEMPO! Es lo único que lamento haber perdido.

Quiero el tiempo, para recorrerlo conciente, del oriente al occidente y detenerme y oirme desde adentro y decir: ¡aquí estoy! ¡no he muerto! ¡no me he ido!

6 comentarios:

Camila González dijo...

Es complicado comentar una entrada así. Solo ud puede darle real significado a sus propias palabras. Sin embargo, creo profundamente que no hay tiempo perdido. Todo es un camino que nos ha preparado para convertirnos en lo que hoy somos. Con sus tropiezos y fortunas.

Pero todo es karma. El tiempo regresa, en respuesta a todos los esfuerzos y (por sobre todo) la paciencia que hemos cultivado en el andar. Ud tranquila que los vientos suaves llegarán. Un gran abrazo.

vulcano dijo...

Yo quiero el tiempo que me falta por vivir,
no quiero el perdido,
ese no,
el que me queda,
lo quiero,
lo anhelo,
pero te respeto y espero
que recuperes el tiempo perdido que no se pierde.

Besos,

Vulcano.

paolav dijo...

Camila: estoy de regreso. Ya puedes tutearme, un abrazo.

Vulcano: tienes mucha razón...hoy vivo el tiempo dos veces, cada experiencia...dos veces. Gracias.

Dejame que te cuente dijo...

tu no te has muerto...no te has ido..sigues aqui...pero el tiempo que se fue ese ya no vuelve...se perdio apra siempre en la historia...
por eso mas que nuna hay que ser conscientes del tiempo que nos queda...no vivir del pasado...sino del ahora...
un saludo...un placer leerte...tienes un blog precioso

Anónimo dijo...

te entregaste por entero como lo sueles hacer, y eso no es tiempo perdido, tienes dos hijas maravillosas, creo que ellos no aprovecharon la entrega de tu tiempo y verás que temprano que tarde siempre hay recompensas para las personas buenas de corazón como lo eres tú, el que no aprecia tu entrega se lo pierde y punto pero tu sigue siendo verdadadera...

Te quiero amiga

Marcela

Anónimo dijo...

Creo que tus palabras estan vivas más vivas que nunca, las senti dentro de mi y se mezclaron con mi tiempo, con mi historia, no pude no emocionarme.
No hay tiempo perdido, desde el momento en que somos concientes de que así fue.
Te quiero y quiero que seas feliz lo decreto.