viernes, 27 de febrero de 2009

Hay momentos en que la soledad pesa más hondo

Hay momentos en que la soledad pesa más hondo

Se te mete por cada fibra que haz agarrado de felicidad

Y no hay nada que le haga el peso a su inoportuna presencia.

Hoy te haz interpuesto en mi día tan cansador

Hoy bajaste a los más bajos y tristes pasados

Hoy estoy demasiado bajo para reprenderte

Esta soledad tan homenajeada y tan cierta

Se siente vencedora porque está sobre el pedestal

Mandando y protagonizando mis lágrimas vagas

Las risas, los besos, los cariños fortuitos son sólo eso

Son un momento ¡Feliz! sólo un momento

Y duramente me repites que no hay nada que hacer

Que: estoy sola en la inmensidad de mis días

Para dejar que los pesares se descarguen en la noche

Y pueda dormir de corrido en la seguridad del amor

Hoy la soledad me atrapó sigilosa y astuta

Metió su nariz hasta hacerme sentir tan sola

Que no puedo escuchar, ni percibir, ni anhelar.

Precisamente ella dejó bien claro esta noche

Que aunque se logre la libertad de los recuerdos

No es tan fácil liberarse de su inmortalidad…

jueves, 26 de febrero de 2009

Tarde en el hospital, a la espera en el pabellón quirúrgico

Esperar fuera de la sala de "Pabellón Quirúrgico" fue una verdadera agonía de incertidumbres. Ayer todo fue una carrera. Mi madre enfermó, con una fiebre alta y un dolor abdominal en el lado izquierdo que casi la hizo desmayarse. Mientras yo regresaba a casa del trabajo, me llamaron mi hermana y mi hija mayor, para contarme la situación y pedirme que me apurara para llevarla a la clínica. Mientras la trasladaba pensaba que sería una situación ambulatoria, es decir, que le darían un calmante, le recetarían algún antibiótico y reposo hasta recuperarse en casa. Pero la situación comenzó a empeorarse, la doctora que la atendió dijo que probablemente por la sintomatología que presentaba era una "diverticulitis" -diverti ¿qué? - pregunté - una inflamación y posible perforación de una divertículo o pequeña bolsita que se forma dentro del intestino grueso y colón. De los exámenes de sangre, que resultaron alterados con bacterias, pasamos al scanner y luego a la hospitalización. Luego del resultado del examen, la médico tratante decidió esperar unas 48 horas, para ver la evolución con el tratamiento de antibióticos, pero mi mamá pasó mala noche y la mañana fue aún peor, con mucho dolor, le hicieron un conteo de bacterias, estas habían aumentado a 20.0000, estaba a punto de hacer una septicemia.Se le planificó una cirugía para las 12:30 horas.
Nos dijeron que podíamos esperarla fuera de la sala de pabellón quirúrgico, yo había llevado un libro de Pablo Simoneti, para la espera. Dos horas dijeron que tardaría. Las sillas "incomodísimas", pero la verdad es que ninguna silla debe ser lo suficientemente cómoda para cuatro o cinco horas de estar sentada. ¿Cómo no teatralizar tal situación? Sentados con mi papá, que parecía un zombie, muy ido, preocupadísimo, pero con esa paz que lo caracteriza y que a veces nos altera, nos quedamos esperando, junto a otra familia. Las puertas de la sala de pabellón, que daba ingreso a varias salas de operaciones, se abría y se cerraba, un enfermero, supongo, sacaba y sacaba, cajas, bolsas, basura quirúrgica, supongo. Otros entraban a dejar pacientes, que también pasaban a cirujano. Las horas pasaban y nosotros no teníamos ni hambre, no fui al baño en todo el día y no tenía ganas. Abandonaron la sala tres pacientes y de mi mamá nada. Entre cada lectura que le daba a mi libro, me puse a contar los cuadraditos de la vieja pared de mosaicos con la que estaban revestidas la murallas, fue unos 30 años atrás, supongo. Nos quedamos solos, abandonaron la sala de espera todos los otros familiares con sus respectivos "operados" y de mi mamá ¡nada!. Pensaba:
- y si le pasó algo -
- no alcancé a despedirme -
- se me fue decirle que la quería mucho -
Retomaba el libro y avanzaba dos capítulos, mi papá dormitaba a mi lado y entre pestañeo y pestañeo, ambos contestábamos los celurares, informando y repitiendo toda la travesía desde ayer hasta hoy. Casi no conversábamos, sólo esperábamos - qué pasaría por la cabeza de mi papa? - En diciembre, celebraron su aniversario número 40, hace una semana regresaron de vacaciones en el campo chileno, celebramos el cumpleaños de mi sobrino, en fin ¡Qué cresta!

Mi mamá no salía del pabellón, giraba mi trasero en la silla con las piernas cruzadas, no me colocaba de pie, porque tenía esa sensación que me iba a desvanecer si lo hacía. Cómo a las 17:30 se asomó un doctor y dijo -¿quién es el esposo de la Sra. Mirta? - Mi papá, se paró como un resorte - yo - El doctor le dijo que pasara, pues mi mamá lo estaba llamando. Tuve que esperar una media hora más. Salió a las 18:00 de la sala de pabellón y la llevaron a su habitación.

Todo ha salido bien hasta ahora, se encuentra en el hospital, solita y eso me preocupa, porque no le gusta estar sola y nunca se separa de mi papá, van a todos lados juntos. Esperamos que se recupere pronto de una operación complicada (le sacaron casi la mitad del colón).

Ahora es muy tarde, pero no puedo dormir, quisiera estar a su lado, velando su sueño y tomando sus manos grandes y generosas, siempre bien cuidadas, aunque hacen el aseo de una gran casa y amasan ricos queques y cosas dulces. Quiero reírme de sus exajeraciones y de sus porfiadeses.

¡Ya, no escribo más! Me dio sueño, dormiré que mañana me espera otro largo día.

sábado, 21 de febrero de 2009

Cristián Warnken "Página en Blanco" (sobre los niños, la vida y la muerte)

Hace ya un par de días, Ema de tan sólo dos añitos de edad, hija del Ministro de Hacienda Andrés Velazco y la periodista de TV Nacional de Chile Consuelo Saavedra, sufrió un terrible accidente, se cayó a una piscina y según los informes médicos, habría permanecido bajo el agua cuatro minutos. Su estado es de gravedad, le han inducido un "coma" y están esperando, atentos a ver cualquier reacción neurológica, que presente la pequeñita.
A raíz de lo sucedido, el escritor y columnista del diario El Mercurio, Cristián Warken, quien el verano pasado perdió a su hijo en semejantes circunstancias, dedicó las palabras que les presento a continuación:

Cristián Warnken

Jueves 19 de Febrero de 2009
Página en blanco

(A Ema, Consuelo y Andrés, con todo nuestro amor).

"Estoy frente a la página en blanco, tratando de escribir esta columna en este día de febrero, mientras veo al sol derramarse minuto a minuto en mi jardín. El sol no deja de aparecer, pase lo que pase, todos los días, para entibiar las hojas y los pájaros. Antes, escuchaba el monótono sonido del filtro del agua en la piscina, que me acunaba, como música de fuente.

Hoy, ese sonido ya no está: la piscina de mi casa está clausurada, pero presiento que un agua subterránea, invisible, sigue sonando en otro jardín, frente a otra ventana.

Este jardín está lleno de baldes de colores desparramados, rastrillos, carretillas, un caballito de mar naranja, un barco volcado. Muchos juguetes han ido desapareciendo, pero este barco sigue ahí, volcado. Barco de juguete, "barco de mentira", inmenso para un niño en su reino, pequeño para nosotros, que al crecer dejamos de ver el tamaño interior de todas las cosas: ya no vemos en la hormiga al unicornio, ya no vemos en la hoja a Pulgarcita viajando hacia otros mares, ya no vemos en el charco al mar.

No puedo dejar de mirar ese pequeño barco ebrio, que volcó un niño -quizás mi niño muerto- al pasar. Que nadie lo toque, que nadie lo saque de su abandono sagrado a orillas de un puerto que no vemos. Cada niño es un capitán de un barco que no vemos. Los niños viven de milagro. Cada niño que camina, respira, juega, es un niño que para llegar ahí tuvo que sortear miles de pequeños grandes peligros, desde que fue semilla, desde que salió de la nada, chispa de luz que se encendió en la inmensa noche del azar. Escaleras abruptas, calles violentas, millones de virus y bacterias, enchufes, piscinas... Los niños viven de milagro y son un milagro. Nosotros también fuimos milagros, y nuestros niños nos devuelven al reino que dejamos una tarde de verano, cuando un adolescente devoró al niño que era, y dejó el barco abandonado en el patio, y no volvió a partir a la aventura inagotable que es cada día en la infancia. El sol ya inundó mi jardín, y quisiera que ningún niño se enfermara, sufriera un accidente o muriera hoy día.

Que hoy fuera un día de tregua, que la muerte dejara de buscar a los niños en todos los rincones de la tierra, que todos los padres del mundo sintieran la seguridad de que sus niños serán eternos, que estarán siempre jugando, saltando, cantando, llorando, para que nosotros podamos vivir. Porque sin esos niños que corren y saltan sobre el abismo de cada día, no podríamos vivir. Estaríamos muertos: de tedio, de vacío, de cinismo, de desesperanza. ¿Podemos imaginar un mundo sin niños?

Pero los niños viven de milagro y están revoloteando alrededor nuestro para gritarnos que la vida es un milagro, que cada minuto de sobrevida es un niño que con una espada de plástico o una niña con una muñeca-hada mantuvieron a raya a la vieja muerte. Nosotros ya fuimos derrotados: somos los muertos que vemos a los niños vivir, héroes de pequeñas batallas inmensas, que se dan en el aire, el agua, la luz.

Quiero que esta página en blanco de febrero se llene de niños, con sus palabras frescas, con sus sonidos puros. Quiero que esta página en blanco sea el refugio para los niños que están luchando contra el dolor, en un hospital, en una guerra, o en su jardín. El dolor de un niño -como su alegría-, por pequeño que sea, es inmenso. Ya lo dijo Pin-Pon, un hombre que se disfrazó de niño para seguir viviendo, y que por eso no ha muerto: "Me aplasté un dedito,/ me dolió un montón./ Yo no lo sabía,/ yo no lo sabía:/ tiene un corazón".

¿No sabíamos, acaso, que hasta en lo más diminuto late un corazón? No lo sabremos si no nos hacemos pequeños, tan pequeños que quepamos en la lágrima de un niño, y naveguemos con él en ese barco "de mentira" que nos espera para partir, al fondo de nuestro jardín."

http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2009/02/19/pagina-en-blanco.asp


No tengo más palabras, sólo lágrimas... y fe.

lunes, 16 de febrero de 2009

Reflexión del amar y el temer (o la resistencia del corazón)

A veces un pedazo de luz nos paraliza
Y nos detenemos del maravilloso viaje
- chofer ¡pare por favor! -
preferimos no llegar al destino incierto
porque des - amar es un retorno largo
P.V


Un miedo intenso a enamorarse se produce en los adultos que han amado y des - amado ya otras veces. Al parecer se pierde la confianza en uno mismo, no en lo que uno es como persona, sino que se desconfía de la resistencia del corazón. Y uno teme, teme a perder la independencia de involucrarse con cualquiera, la independencia de no extrañar, de no necesitar, la independencia que se ha alcanzado de no querer.

Pero encontrar a alguien a quien desees pasionalmente y además con quien quieras conversar largas horas, hasta querer cambiar la física universal, no es algo de todos los días...entonces ¿qué hacer?. Y no hablo del temor a que no te quieran, ese ya lo conozco y puedo lidiar con eso...hablo del temor a uno mismo, a esa persona gris en la que nos convertimos alguna vez, en esa persona doliente que no conocíamos hasta que nos enamoramos y sufrimos. Es un temor que cuesta explicar, a alguien que habita en nosotros y que de repente se asoma, como una luz amarilla en el semáforo de advertencia, que te dice ¡alerta!. Pero entiéndanme bien, no es una alerta que se relacione con la persona que estemos amando, sino con nosotros mismos.

Sucede que activamos la coraza que hemos perfeccionado en todos estos años y que nos ha permitido sobrevivir, la coraza que impide desear un futuro y nos mantiene seguros, protegidos del amor o del mal amor, te escondes. Escondes los deseos de llamar, escondes los deseos de verle todos los días, puedes hasta esconderte en otros flirteos, para decir ¡no me va a pasar otra vez! ¡no me voy a enamorar! Y si me enamoro, no será lo suficiente para AMAR. Te cuidas de eso, como si tuvieras verguenza de sentir lo que sientes ¡qué estupidez! pero así es.

Y todo eso ¿por qué?
Porque definitivamente, quienes hemos amado alguna vez, sabemos en cada fibra de nuestra memoria sentimental que cuesta mucho, mucho más DES - AMAR.

P.D no es depre, sólo reflexión o tal vez...

martes, 10 de febrero de 2009

En mi cumpleaños 37 "Manifiesto"


Qué suerte he tenido de nacer,
para tener acceso a la fortuna.
De ser río en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.
ALBERTO CORTEZ


Al cumplir treinta y siete años hago mi manifiesto y me digo:

Yo reivindico el derecho a la búsqueda de la felicidad que en alguna parte de toda la legislación mundana se perdió.

Yo reclamo el derecho a manejar mis tiempos sin planificar, a no estar apurada todo el rato, a caminar las cuadras libremente de todo reloj que me someta a su esclavitud y solamente marcar puntualmente el instante en que te vuelva a ver.

Yo exijo a mi mente se someta a los designios y pasiones que anhelan mi cuerpo y mi corazón, porque ya de tanta mente seria y episcopal me he cansado y es momento de subir del purgatorio.

Yo pido al cielo ojos abiertos para reconocer los gestos amorosos, para no dejar de agradecerlos y abrazar a quien me mire con dulzura, que mis ojos actúen con premura y corran rápidos a recompenzar, lo que mis oídos no pueden escuchar y lo que mis manos no han tocado, que todo lo profano parezca sagrado, como tomarme ese vino por la noche, como escaparme a su cama por las noches, como dormir sin el consentimiento de la gente, de la familia, de los muertos que pasaron por mi pálido corazón.


Yo declaro que este día me he reencontrado con la que se reencarnó de la otra vida, y con voz descansada le he dicho ¡bienvenida! ya he cumplido en parte nuestro Karma, he ganado algunas de las batallas, ahora te toca librar la de la vida, de vivir, vivir "sin despedidas" sin preguntas del "¿por qué a mí? ¿por qué él?" Es la hora de volver a la partida e inventar la estrategia que la venza y que le digas ¡Yo te acepto, yo te vivo!


Yo defiendo mi derecho a ser ¡profeta! con toda la intensión que la palabra tiene, como el Cristo que nunca se interpreta, yo declaro que ¡profeta! soy y digo que denunciaré lo injusto y lo indebido, los daños a quien ame y a quien respete e igualmente asumo mi destino de ¡profeta! de persecución y de muerte. Porque ¿para qué luchar si no lo vale la muerte?


Yo reclamo mi derecho a la intimidad de no saber si amo o si me aman, pero íntimamente amar sin sobrenombres de "pareja" de "novio" de pololos", sólo en lo íntimo amar a alguien lo que dure, lo que embruje, lo que guste, pero a amar con todos los sudores, los olores y posiciones, dando vuelta el corazón de pie a cabeza, penetrando con la lengua incensurada hasta inventar las palabras necesarias y decir con un quejido la que mata, la que muere, la que encarna.


Yo me obligo a perdonarme de por vida, el pasado que me hizo no quererme y me quiero como a un sueño desconocido y vagabundo que necesita cobijarse bajo la mesa, detrás de las faldas de mi abuela quien siempre me esperaba con la comida lista, con el remedio exacto y el tejido de punto, me perdono porque le amaba, porque los errores me han dado la ventaja, de saberme mujer, mujer de veras con columna, con sangre y con vagina, mujer grande, mujer niña, que esta bella, bella de caídas, de patas metidas, de amar a concho y no haber amado, del equívoco "creer", de futurear con la fe, de traspasar por mi costado la lanza absurda del destino, me perdono porque quice, porque dios lo quizo, porque si.


Yo pido al Cielo solamente que siempre a través de cualquier signo, de cualquier mueca, de cualquier camino, me recuerde que ¡es bello vivir, morir y renacer!, que es bueno compartir un cigarrito con las que fuman aunque yo no lo haga, es bueno dolerse con los que se duelen y reírse de todas las gracias y desgracias.


Gracias por mis hijas, que siempre se me adelantan, que busco desde otras vidas e intento ayudarlas en su viaje.



viernes, 6 de febrero de 2009

Contigo en la distancia (en la versión de Caetano)

Ella, tendida en la cama, con el cansancio excitante de haber estado juntos...
Él, acariciando su espalda suavemente, recorriendo sus viajes
Ella, guardando en la memoria el olor acaramelado del verde melón
que juntos disfrutaron en la cálida tarde del verano
Él, comienza a melodiar en su oído
No existe un momento del día....
y sus dedos continúan el recorrido erotizante por su cuerpo
en que pueda apartarme de ti...
Ella, está desgastada de tanto deseo derramado y tanto beso besado
el mundo parece distinto... y entremedio los sonidos instrumentales
cuando no estás junto a mí...
Él, continúa el masaje de subliminal seducción ¿se puede continuar todavía más?
No hay bella melodía, en que no surjas tú
Ella, en su interior continuaba la letra pero era su alma la que susurraba:
ni yo quiero escucharla, si no la escuchas tú
Él, con voz profunda y suave
es que te haz convertido en parte de mi alma
Ella, ni se movía de la posición para no romper el hechizo
Él,
ya nada me conforma si no estás tu también
Ella, nada parece terminar, todo se hace eterno en la luz
Él , Más allá de tus labios, el sol y las estrellas y los sonidos
taraeados del estilo bossanova de Caetano
contigo en la distancia, amada mía estoy
Ella, no quería terminara el embrujo que detiene el tiempo
Más allá de tus labios, el sol y las estrellas
Se iba terminando la máxima expresión de calidez entre los dos
contigo en la distancia, amado mío estoy...
Él, resonó el último verso repitiendo la última estrofa
acompañado de las caricias en su desnudez.

Es que te haz convertido

en parte de mi alma

ya nada me conforma

si no estás tu también...